Ya está todo preparado para que este fin de semana se estrene en primicia mundial el proyecto literario EPISODIOS ESTELARES DE LA GRAN GUERRA, píldoras literarias escuchadas que narran lo principal del conflicto.

Se podrá escuchar en las ondas a través del prestigioso medio de comunicación cultural EL CAFÉ DE LA LLUVIA, que dirige Javier Fernández, una referencia de la actividad cultural del país, por lo cual estoy muy contento de poder realizar esta colaboración en su espacio.

Para la ocasión, aquí tenéis esta infografía de presentación del proyecto.

Después de más de diez años dedicados al estudio de la Primera Guerra Mundial, y de la confección y redacción del proyecto literario más importante de mi vida hasta la fecha, la serie de novelas AMAPOLA NEGRA se acerca a su fin.

La tetralogía está a punto de completarse con la aparición de la cuarta parte, la dedicada a los años 1917 y 1918, en la que se narran los decisivos acontecimientos que dieron un vuelco al estancamiento y virtual situación de empate entre bandos. Finalmente los estados en lucha consiguieron poner fin a las hostilidades y firmaron un precario armisticio que estableció una débil paz durante veinte años.

Estoy deseando ver la foto de la familia al completo. No falta demasiado…

Cuando el mundo se está preparando para la celebración del día del Armisticio, os presento un nuevo proyecto relacionado con la Primera guerra mundial, que tendrá carácter de narración radiofónica. Se trata de EPISODIOS ESTELARES DE LA GRAN GUERRA.

Y es un gustazo confirmar que para este proyecto voy a colaborar con un medio de comunicación cultural de larga y consolidada trayectoria, como es EL CAFÉ DE LA LLUVIA, cuyo enlace a su página web es el siguiente:

EL CAFÉ DE LA LLUVIA

El proyecto consiste en grabar y ofrecer en el citado medio cultural distintos episodios, en formato de píldoras literarias, con los que narrar de manera sucinta los hechos de especial relevancia que conforman y permiten explicar en resumen la Gran Guerra. La idea surge de aunar los trabajos de dos grandes de la literatura que hicieron obras parecidas, como son Stefan Zweig, con sus Momentos Estelares de la Humanidad; y Benito Pérez Galdós, con sus Episodios Nacionales.

Quiero dar especialmente las gracias a Javier Fernández de EL CAFÉ DE LA LLUVIA, por su compromiso de dar difusión a un evento que este año alcanza su zénit al cumplir un centenario, y por convertir mis letras en un producto atractivo para el público de su espacio. Nos escuchamos…

En unos tiempos en los que cuesta que determinadas instituciones se impliquen en hacer relevantes según qué cuestiones, es una estupenda noticia que una administración de referencia, como es el Ayuntamiento de Barcelona, haya demostrado su interés en participar en la celebración del centenario del fin de la primera guerra mundial.

Y lo hace poniendo a mi disposición una sala de la BIBLIOTECA FRANCESC BOIX, especializada en historia, para poder realizar una charla-conferencia sobre la Gran Guerra, sus implicaciones, sus consecuencias, lo que representó para el mundo, y también el papel que en la contienda jugó una ciudad como Barcelona. Creo que el título que la presenta es suficientemente significativo: LA GRAN GUERRA (1914-1918), EL CONFLICTO QUE TRANSFORMÓ A LA HUMANIDAD.

Además, la fecha fijada para el evento tiene un componente extra, puesto que está prevista para el lunes 12 de noviembre de 2018, es decir, el día después de la conmemoración de los cien años de la firma del armisticio, el día que puso fin a la contienda internacional y que devolvió, (por desgracia solo durante unos pocos años), la paz al planeta.

Aquí está el enlace directo al anuncio del propio Ayuntamiento:

AYUNTAMIENTO DE BARCELONA: CHARLA SOBRE LA GRAN GUERRA

A veces uno encuentra una sorpresa donde menos se lo espera. El otro día me dieron entre las monedas de vuelta de un pago una especial, que no descubrí hasta la siguiente vez que la saqué del bolsillo y la analicé con detenimiento. No me sonaba la figura dibujada que ocupaba todo el centro de una de sus caras, y que iluminaba una serie de aspas en varias capas en función de la luz que le daba.

Puesto que mi mente tiene ya activado un sistema de detección de asuntos relacionados con la Gran Guerra, directa o indirectamente, y aquella forma me recordó en cierto modo a una amapola (¿por qué será?), un cosquilleo me recorrió el cuerpo cuando los ojos repararon en la leyenda escrita en circunferencia: LE BLEUET DE FRANCE, FLEUR DE MÉMOIRE ET DE SOLIDARITÉ. 1918-2018.

Entonces até cabos y se me agolparon los datos almacenados sobre la cuestión principal: ¿qué era un bleuet? Se trata de una flor (aciano sería la traducción en castellano) que, igual que sucedió con la amapola en el mundo anglosajón, Francia adoptó como objeto para ayudar a los veteranos ex combatientes de la guerra y sus familiares, mediante su venta en la celebración de cada aniversario. Así, el Bleuet se convirtió en el principal símbolo francés relacionado con la Primera Guerra Mundial. El principal motivo radica en que junto a las amapolas era la única flor que crecía en los campos de batalla devastados por los proyectiles, y además al ser de color azul representa no solo el primer color de la bandera francesa, sino también la referencia al color (bleu horizon, azul horizonte, entre azul y gris) de los uniformes de los soldados franceses de las trincheras.

A punto de que se cumplan los cien años del fin de la guerra, me parece que es un buen momento para sacar a relucir esta moneda conmemorativa puesta en circulación por uno de los principales contendientes de la guerra, como homenaje al pasado.

Parece mentira lo rápido que transcurren los meses y hasta los años… Ya nos encontramos en los últimos coletazos de un verano que empieza a diluirse en la memoria de nuestros recuerdos. El otoño asoma y nos enseña el perfil de una efeméride que merece ser ensalzada. Menos de dos meses nos separan de un hito centenario que la humanidad debe celebrar y esforzarse por hacer visible, para que las generaciones que nos sigan no sucumban a la tentación de querer volver a probar ese veneno tan mortal llamado guerra…

Me refiero al Día del Armisticio, la jornada de aquel lejano 1918 en la que se acallaron por fin las armas en los campos de batalla (a pesar de que las armas verbales permanecieron activas y afiladas en las reuniones políticas posteriores). De ese 11 de noviembre se van a cumplir en breve 100 años, un siglo completo en el que el mundo ha cambiado como nadie podia imaginar, pero al final del cual sigue vigente para denominar al conflicto el término elocuente de Gran Guerra.

Como digo, faltan menos de dos meses para el feliz acontecimiento, y nos tenemos que ir prepararando para recibirlo, comprender la dimensión de su significado y disfrutar del concepto de paz entre pueblos que encierra.

A veces esta profesión de la escritura te depara sorpresas agradables que te permiten romper la rutina habitual que impone la confección de novelas. Y en estos meses he tenido la oportunidad de gozar de una de ellas. DAVID YAGÜE, que dirige el prestigioso blog de historia XX SIGLOS, en el diario 20 MINUTOS, me propuso redactar un artículo que tuviera por objeto un tema tan conocido e importante para mí como la primera guerra mundial.

Le di vueltas a un enfoque de la misma que tuviera cierto interés para el público y que no cayera en la redundante descripción de alguna de sus batallas o de las terroríficas consecuencias que el conflicto tuvo. Por fin se me ocurrió que uno de los grandes lastres de esta guerra, tan crucial para la humanidad, es que poco tiempo después sobrevino la denominada segunda guerra mundial, que se llevó todo el protagonismo aunque abonó el camino a que la primera pasara a ser denominada Gran Guerra. Ahí tenía la posibilidad de realizar un análisis comparativo de ambas contiendas y de exponer, con argumentos meditados y extraídos del estudio, las diferencias, similitudes, discrepancias, mitos y obviedades que rodean a cada una de ellas y les otorgan un papel concreto en la actualidad.

Fruto de esta actividad que ya ocupaba mis pensamientos y que verbalmente he sostenido en más de una conversación al respecto, es el artículo que finalmente se publicó el día 3 de agosto de 2018, bajo el título GRAN GUERRA VERSUS SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, y que se puede leer en el siguiente enlace:

GRAN GUERRA VERSUS SEGUNDA GUERRA MUNDIAL EN BLOG XX SIGLOS DE 20 MINUTOS

Mi agradecimiento a David Yagüe por concederme el honor de ser una de las firmas invitadas de su blog, y por poder verter en su espacio mis cábalas sobre uno de los temas que más me ha apasionado en la última década.

En uno de los grupos de facebook especializados en temática de la Primera Guerra Mundial y más seguidos, CRÓNICAS DE LA PRIMERA Y SEGUNDA GUERRA MUNDIAL,  dedican un apartado al proyecto literario AMAPOLA NEGRA, y además aluden al hueco que la tetralogía viene a llenar en la escasa literatura relacionada con este conflicto.

Muchas gracias por sus estupendas palabras que agradezco de todo corazón.

«Han transcurrido ya 100 años del desastre humano de la Gran Guerra. Es tiempo más que suficiente para que la literatura haya tratado el asunto desde todas las vertientes imaginables. Sin embargo, todavía no existía en el género de la novela histórica un intento de condensar todos los principales sucesos de los cuatro años y medio de conflicto, vistos con la diferente perspectiva de los dos bandos. Ese vacío ha venido a llenarlo el proyecto literario Amapola Negra, una tetralogía en la que a través de cinco personajes de ficción con perfiles poco convencionales en el género recorremos la mayor parte de escenarios bélicos y captamos la evidente transformación que experimentaron no solo los soldados sino las propias sociedades de los estados beligerantes durante el periodo que abarca los años 1914 a 1918.»

Amapola Negra en CRÓNICAS DE LA PRIMERA Y SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

El prestigioso portal literario Todoliteratura.es ha publicado una noticia relacionada con la Amapola Negra III. Estoy francamente contento de este hito.

Se puede consultar el artículo completo en la siguiente página web:

Amapola Negra III en TODOLITERATURA.ES

Aunque con bastante retraso, (imperdonable pero justificado por mi deber de escribir y acabar un par de historias pendientes) me gustaría hacer una crónica de la jornada de Sant Jordi de este año 2018, puesto que para mí tuvo una significación especial. Y es que fui invitado a un evento que el Ayuntamiento de Barcelona retomó de ediciones pasadas: almuerzo de escritores. En esta ocasión se hizo en el Palacio de la Virreina, un edificio encantador que puso el marco de referencia perfecto para un encuentro de personas de las letras.

La primera curiosidad era que para acudir al acto se requería invitación. Sin ella no era posible pisar el interior del imponente edificio. Esta fue la mía:

A las puertas del Palacio de la Virreina, todo apuntaba a una fiesta sensacional.

Una vez dentro, lo primero que llamaba la atención era el cuidado cátering con el que el Ayuntamiento nos obsequió a los presentes. Para los que somos de estómago agradecido, fue un placer degustar las delicias ofrecidas.

Repuestas las fuerzas entre charlas y reencuentros de viejos conocidos, en un ambiente que mezclaba componentes del mundo editorial y del mundo político de la ciudad, se dio paso al acto culminante de la reunión, una gran fotografía de familia de los escritores en una tarima que inmortalizó la jornada.  Estas son las fotografías oficiales que trascendieron en los medios de comunicación, con muchos rostros conocidos. Para quien le interese, yo estoy en la parte superior, a la izquierda, aunque la labor de encontrarme puede resultar similar a la de localizar a Wally.

Como se aprecia, la visión de las fotos oficiales era muy distinta a la que nosotros teníamos desde nuestra posición elevada. Así, de paso, uno puede imaginarse el entresijo de los «protagonistas del evento».

Y por último, un símbolo que debo reconocer que lucí orgulloso a lo largo de ese día fue la pegatina que nos dieron a los asistentes para identificarnos como participantes del desayuno literario, y que ya forma parte de mi bagaje personal como escritor.