Hace unos días os contaba que el proyecto literario Amapola Negra ha echado a andar y no tardará en materializarse.

Pues bien, creo que no está de más que conozcáis los antecedentes que motivaron mi interés por la primera guerra mundial.

Ahora que están tan de moda las selfies (o autofotos, en castellano), y a la espera de que llegue el booktrailer oficial de la novela, me he permitido la osadía de hacer un Autotrailer, a medio camino entre el booktrailer y la autofoto. Pido disculpas por la calidad de la imagen y la pobreza de elementos, pero ya sabéis que normalmente estas cosas están rodeadas de cierta frialdad. Lo importante es el contenido.

Con suerte vendrán más entregas.

En esta edición, la Feria del Libro de Madrid, probablemente la cita literaria más importante del año, dedica entre sus actividades un apartado específico a la Primera Guerra Mundial.

Pues bien, entre las novelas que se citan en la página web de la Feria, y que tendrá su eco a lo largo de la misma, está AMAPOLA NEGRA, un honor que os aseguro me hace muy feliz.

Aquí tenéis el enlace.

                           Amapola Negra en la Feria del Libro de Madrid

¡Gran noticia! AMAPOLA NEGRA ya está enviada a la imprenta, de manera que el vientre va a comenzar a gestar en breve al feto que verá la luz en el mes de mayo. Estoy deseando tener entre mis brazos el recién nacido resultante, cortarle el cordón umbilical y dejarle volar libre.

Aquí podéis ver una imagen de la que será finalmente la cubierta.

Señoras y caballeros, chicos y chicas, amigos que ya lo son y los que lo serán en un futuro, me complace anunciar el nacimiento oficial del PROYECTO LITERARIO AMAPOLA NEGRA.

A partir de este momento, iré contando en qué consiste este y cómo os podréis acercar al mismo.

¡Bienvenidos y que lo disfrutéis!

Ya queda atrás una de las jornadas más esperadas en el mundo de las letras barcelonesas, el día de los libros en la calle, el día en el que los escritores se acercan a sus lectores y rubrican su inmortalidad en la carne de sus creaciones.

Personalmente puedo y debo decir que el día será de los que recordaré. El contacto con cuantos se acercaron a compartir su tiempo conmigo, a conocer un poco más mi obra publicada, a verbalizar sus gustos literarios e incluso a explicarme historias vitales que superan cualquier novela que se pueda inventar,  no tiene precio y no existe en el mundo con qué compensarlo. Por eso, muchas gracias a los que contribuisteis con vuestra presencia a hacer tan especial este día de dragones, caballeros, rosas y libros.

Espero veros de nuevo en próximas ediciones.

De nuevo celebramos este día tan especial, sobre todo para la ciudad de Barcelona, que se vuelca en un evento que ya ha alcanzado proporciones internacionales.

Y es que la conmemoración de la muerte de dos escritores tan grandes como Miguel de Cervantes y William Shakespeare, mezclado con la tradición de la rosa surgida de la sangre del dragón al que se enfrentó el caballero Sant Jordi, bien merece un homenaje en condiciones.

Por eso, como cada año, en el barrio de la Prosperitat de Barcelona (Nou Barris) se organiza en su calle principal, la Vía Julia, una Feria con paradas de flores y libros para que la gente pasee y disfrute de la jornada.

Y en esta ocasión yo participo activamente en el acto. Por eso, si queréis pasaros a saludarme y/o a conversar un rato, estaré durante todo el día por la zona.

¡FELIZ DÍA DE SANT JORDI!

Se ha publicado un estupendo artículo sobre la creatividad y ciertos rasgos o características que definen a las personas creativas. Creo que merece la pena leerlo, sobre todo si, de entrada, crees que puedes tener alguna de ellas, o simplemente si te gustaría entender esas conexiones que convergen en ciertos seres humanos poseedores de un don distinto a los demás.

Rasgos de la creatividad artística

Personalmente me quedo, en especial, con el apartado relativo a que las personas creativas tienen la capacidad de «unir puntos», tal vez porque a veces comparto esa sensación cuando analizo el trabajo que yo mismo consigo crear. Y también empatizo en cierta medida con el hecho de que sea fácil sentir una dosis determinada de vergüenza al tener que reconocer, realizada la actividad de análisis, que en realidad apenas se inventa nada, sino que simplemente se unen cosas ya existentes…

Pero bueno, en todo caso, si a eso es a lo que le llamamos creatividad, pues bienvenida sea… Y en la medida de lo posible, habrá que seguir contribuyendo a la causa, a la espera de que los científicos continúen en su proceso de concreción de esas peculiares conexiones neuronales que nos individualizan.

A raíz de los sucesos que estos días están sacudiendo a Europa, y con ello al mundo entero, en la confrontación todavía abierta entre Ucrania y Rusia, unos cuantos conocedores de nuestro pasado como especie estamos un tanto agitados y turbados.

Y es que este episodio nos recuerda (salvando todas las distancias y hechos colaterales que envuelven a uno y a otro, por supuesto), a los sucesos que se produjeron en julio de 1914, cuando Europa no creía que pudiera llegar a una colisión bélica entre superpotencias, equilibradas en bandos a priori paritarios, que se autocontrolaban, y que sin embargo se precipitaron por la pendiente de la sinrazón hasta derivar en la catastrófica guerra denominada Gran Guerra o Primera Guerra Mundial.

Ahora igual que entonces, Rusia se empecinó en mantener su papel de protectora de un pueblo (entonces el pueblo eslavo de Serbia; ahora la población rusa de Crimea),  de modo que esa postura innegociable se convirtió en uno de los motivos principales del despertar de los cañones, cuando ninguna otra potencia tuvo la capacidad o las ganas de invertir la amenaza.

Es de suponer que hemos aprendido de nuestra historia reciente y que en esta ocasión no dejaremos que la civilizada Europa vuelva a desangrarse a través de las mismas heridas apenas cicatrizadas. Y sin embargo, conviene aguantar la respiración temiendo que esta piedra en el camino nos pudiera hacer tropezar de nuevo.

Acabo de terminar de leer el libro de Luis Landero, JUEGOS DE LA EDAD TARDÍA, y en su deliciosa lectura me he tropezado con esta frase:

«A diferencia de las palabras, los números no eran mágicos, y sus noticias eran siempre tristes.»

En tiempos de crisis económica, y para uno que es de letras puras, pensamientos de este tipo ensalzan el valor de las palabras, de la materia prima de la literatura, que yo suscribo.

Menos números y estadísticas y más PALABRAS, PALABRAS, PALABRAS…

En este año 2014 son infinidad las propuestas y proyectos que están floreciendo en Europa y otras partes del mundo con el firme propósito de rememorar y hacer visible a la mayoría de la población actual lo que supuso el conflicto más grande que la humanidad ha conocido: La Primera Guerra Mundial o Gran Guerra.

Una de las últimas incorporaciones es una iniciativa que se enmarca dentro del proyecto de biblioteca europea, y que ofrece multitud de documentos, fotografías, archivos sonoros, vídeos y demás relacionados con todos los aspectos de la guerra:

Europeana 1914-1918

Desde aquí recomiendo que le echéis un vistazo para comprobar lo cercano de una confrontación que a priori nos parece, no ya del siglo pasado, sino de la prehistoria. Los seres humanos que observamos en toda la documentación disponible nos hacen reflexionar acerca de lo fácil que es caer en un error semejante a aquel, y que la verdadera lucha radica en fortalecer los indudables puntos de unión que nos asocian, así como en borrar las supuestas diferencias.