El pasado sábado 13 de junio se celebró en el barrio barcelonés de Sant Andreu una de esas fiestas populares que congregan a la ciudadanía en un mismo espacio con ganas de pasarlo bien y de dar un paseo prolongado. Me refiero a la 20ª Fiesta del COMERCIO EN LA CALLE (COMERÇ AL CARRER), que propició que la mayoría de comercios del barrio ocuparan las aceras frente a sus locales con la intención de ofrecer su género de una manera distinta.

Y uno de esos negocios que lleva toda la vida en el barrio es el que regenta la incomparable ADELA, la reconocidísima PAPELERÍA LIBRERÍA TALENS, en la calle Guardiola i Feliu. Este año, como novedad a su voluntad de acercar la cultura a los lectores, han decidido que un escritor les acompañara en la carpa durante toda la jornada. Y ese escritor he sido yo.

Este es el delicioso rincón que montaron para mí y en el que me sentí como en una sala del trono de un palacio real donde recibía la visita de insignes personajes.

Debo dar las gracias no solo a los lectores que se acercaron a compartir sus experiencias literarias, gustos, aficiones y opiniones sobre el presente y futuro del sector editorial,

sino también, y muy especialmente, a mis ángeles de la guarda de la jornada, que me cuidaron y mimaron, y me hicieron sentir en todo momento en familia, a Adela, a Cris, a Carlos…

En definitiva, una experiencia humana y literaria de las que se guardan a buen recaudo en el corazón,  y de las que uno no se cansa de agradecer a quienes ponen al servicio de la cultura lo mejor de su talento y capacidades. Simplemente, gracias por hacerme partícipe de ese día.