El pasado lunes 6 de junio tuve el privilegio de ser el autor invitado por el Club de Lectura de la Escuela «ALOMA» de Barcelona, ya que su último libro leído ha sido AMAPOLA NEGRA.

Ante todo quiero expresar mi felicitación mayúscula hacia esta iniciativa cultural, nacida en el seno de un centro educativo que cuenta entre sus principales objetivos el fomento del hábito de la lectura. Una cuestión repetida y verificada es que si los padres leen, aumentan de manera exponencial las probabilidades de que sus hijos lean. Y en esta escuela se toman muy en serio animar a padres y a alumnos a cultivar y extender ese saludable «vicio». Por eso, mi enhorabuena a los promotores de este club de lectura y a todos y cada uno de sus componentes. Ojalá muchos otros colectivos estuvieran igual de concienciados respecto a cómo defender y promover la cultura.

Además, acudir a esta club de lectura es sentirse como en casa. Por ejemplo, su acogedor recibimiento de café y pastitas rompe esa aparente barrera inicial y permite introducir progresivamente la materia literaria.

Y, metidos en faena, considero que para mí ha sido muy gratificante y aleccionador escuchar a sus miembros, lectores curtidos en mil batallas literarias, porque sus opiniones, impresiones, comentarios sobre las preferencias y vínculos establecidos con los personajes de la novela, sus cábalas en cuanto a lo que el futuro deparará a estos en los siguientes volúmenes, etc., complementan las letras que yo en su momento vertí en un papel y contribuyen a hacer que el proyecto AMAPOLA NEGRA crezca.

Aquí tenéis una foto que inmortaliza la gran tarde que pasamos.

Y cuando como escritor crees que casi nada te puede sorprender, me regalan una réplica de la portada de la novela en chocolate que me deja atónito. Primero por el magnífico trabajo que conlleva realizar esta joya artística, como podéis ver idéntica y sin que le falte un solo detalle. Y en segundo lugar porque es como si hubieran adivinado mi idilio con el chocolate… En fin, una delicia de obsequio que me hará guardar siempre dulces recuerdos de mi paso por el aula literaria de la Escuela «ALOMA». Mil gracias por la experiencia.