Hoy hace exactamente 10 años que empecé en esto de la literatura. Y no me refiero precisamente a escribir, a lo que verdaderamente debería entenderse por literatura, pues esa afición ya la tenía de niño y espero que me dure todavía mucho tiempo. Me refiero a mi bautismo público en las letras, a la consagración social de lo que se considera ser un escritor moderno.

Se cumple una década desde que hice la primera presentación oficial de mi primera novela, de mi primogénita, EL FARO DEL UNICORNIO. En realidad conmemoro prácticamente la primera, quizás segunda (si soy justo) vez que hablaba en público, que me dirigía en voz alta a un auditorio reunido para escucharme, que me observaba a la expectativa de comprobar mis aptitudes de orador y mis disertaciones sobre la obra recién publicada.

Solo aquel que ha pasado por un trance similar sabe la mezcla de emociones que se fusionan en el cerebro y la excitación que se produce una vez concluido un evento que has evocado en infinidad de ocasiones en tu mente antes de producirse.

Fue un 14 de abril de 2011, en el Café Nostromo, en Barcelona. Y fue sencillamente inolvidable. Tanto, que me quedé con la mirada perdida, mirando hacia el Faro… El faro de las letras, que nos debe amparar para no perder el norte y continuar creando historias.

Y lo mejor de todo es que… ¡¡¡Muchos de vosotros estuvisteis ahí!!!