En muchos lugares se ha celebrado esta semana pasada la denominada Semana del Libro. Pues para mí, puedo afirmar sin riesgo de equivocación que esta semana que hoy concluye, y que se inició el fin de semana pasado, ha sido la SEMANA DEL LIBRO por excelencia.
Comenzó dicha andadura participando en la SENOHI de Quintanar del Rey, en Cuenca, en una iniciativa que dará mucho de qué hablar en el futuro, junto a primeros espadas de las letras patrias. Y la termino tras una ruta completa realizada en dos días que ya quisieran igualar numerosos circuitos turísticos ofrecidos en agencias de viajes.
En ese escaso periodo de tiempo he podido recorrer gran parte de la provincia de Ciudad Real, y estar así en Puertollano, en Almodóvar del Campo, en Ciudad Real capital, en La Solana, y completar este tour con una reunión muy cálida y amigable en Motilla del Palancar, Cuenca.
El plato fuerte de esta escapada, sin duda, se produjo el día 23 de abril, el Día del Libro, con un encuentro mantenido con expertos lectores, mejor diré lectoras, que habían leído y diseccionado mi novela AMAPOLA NEGRA. Las componentes del Club de Lectura del Centro La Casa de la Marquesa, de Almodóvar del Campo, me habían invitado a comentar mi obra y a conocernos en persona. Mª Dolores García, conductora del Club, ejerció de perfecta cicerone durante toda la magnífica tarde que pasamos poniendo en común nuestra afición a la literatura, nuestra concepción de la vida y, en definitiva, intercambiando conocimientos y ampliando cada uno nuestro universo personal. Guardo ya para siempre de este Día del Libro un recuerdo imborrable que me afianza en el camino de seguir escribiendo.
Gracias a todas y cada una de las maravillosas mujeres que, con su labor lectora, contribuyen a que la Cultura se desarrolle y la literatura extienda por su tierra su reino de paz e imaginación. No me olvidéis, porque yo no os voy a olvidar.
Estos días también me han servido para ampliar los horizontes de la recién aparecida novela FUTBOLOPATÍA, que ya ha salido de su ciudad de nacimiento y ha llegado a La Mancha, de modo que se la puede localizar en todas las localidades citadas, Puertollano, Almodóvar del Campo, Ciudad Real, La Solana y Motilla del Palancar.
Y el broche lo puso la reunión que pude repetir en Motilla del Palancar con tres mujeres más, (realmente ha sido un viaje afortunado en ese sentido), Auxi, Pilar y Feli, que conocí en Quintanar del Rey, y que también se dedican a aportar su granito o granazo de arena en favor de la literatura en su localidad, con la ayuda de Jesús, el bibliotecario que dinamiza el club de lectura del pueblo, y que tuve la suerte de conocer.
En fin, que creo que no se puede pedir más en menos tiempo. Y por ello mismo digo que me siento un privilegiado de haber podido vivir esta semana relacionada con una pasión que va cogiendo tintes de algo más que un pasatiempo pasajero. Aunque, como siempre digo, quienes me pondréis en un lugar o en otro seréis exclusivamente vosotros.
